Hoy en clase, hemos empezado con el espacio, contestando a tres preguntas; ¿Qué es el espacio?, las zonas en las escuelas, y el espacio en las organizaciones. Del análisis de estas tres preguntas junto con la aportaciones de algunos compañeros, han ido surgiendo una lluvia de ideas donde finalmente hemos tenido que elaborar nuestra definición de espacio y sacar conclusiones.
La segunda parte en la que se ha ecturado la clase ha sido en la dinámica: “Juego sin jaula”. Esta dinámica se encuentra recogida en el blog de la asignatura.
Tras haber leído detenidamente el texto, a priori me sugieren diferentes ideas, ideas tales como, la estructura escolar, el conservadurismo en la escuela, la concepción del sistema educativo… todas ellas regidas y apoyadas en un espacio y en un tiempo concreto.
Este texto nos comenta como en las escuelas existen un riguroso planteamiento el cual procede de antaño con la industrialización y con el mecanicismo como hemos podido ver con los principios de Taylor y comprobar en la película: “Tiempos modernos”.
Realmente mi crítica no va encaminada hacia la escuela, sino hacia la sociedad. La cual influye en el sistema educativo y en los alumnos. Está claro que dependiendo del ideal político que en ese momento se encuentre en el poder, influirá en mayor o menor medida en algunos aspectos escolares, tanto a nivel curricular como a nivel organizativo, también es cierto que esa influencia se ve “justificada” por la subjetividad de un grupo de personas que piensan que es lo mejor para TODOS los alumnos de los centros educativos españoles (grupo de personas que tienen los mismos intereses). Seguidamente una vez se aplica esta descontextualización del curriculum, se pasa a preparar al alumno, desde pequeños, a entrenarlos para la sociedad actual y ser parte integrante de la misma, sin opción a poder trasformar esa realidad. Según Paulo Freire, en “Pedagogía del oprimido” nos habla de una “concepción bancaria” de la educación, en donde el único margen de acción que se les permite a los alumnos es el de recibir los “depósitos” que el maestro haga. En el mismo texto hace mención que la finalidad de los profesores en la mayoría de los casos es la de lograr una mejora de la adaptación a la situación, mediante una cultura de pasividad inculcada al alumno desde hace años. Como resultado no se educa libremente ejerciendo una profesión de guía y conductividad al alumno, sino la función principal es exponer los contenidos (que “desde arriba” nos llegan) de una forma narrativa y continua y que los alumnos aprendan como mejor puedan.
Y por último, aterrizando en los centro y haciendo referencia a la “jaula” en la que se menciona el recreo en el cual los alumnos se sienten parte activa y dominantes de ese espacio y tiempo, decir que no creo que esas sensaciones y sentimientos deben formar parte del alumno o del colegio, para ello es necesario ampliar y abrir nuestro campo de visión y tener en cuenta que el aprendizaje debe darse desde una perspectiva amena y, ¿Por qué no? Lúdica también, ya que el profesor tiene como deber que los alumnos aprendan y para ello debe adaptarse a las necesidades de ellos y a la metodología más adecuada. De esta forma conseguiremos que el recreo sea un espacio para la creatividad, la socialización, habilidades… al igual que el aprendizaje lo sea también.
Aquí os dejo un enlace para que podáis conocer mejor a Paulo Freire: http://es.wikipedia.org/wiki/Paulo_Freire