Sevilla 10 de Noviembre 2007... ESPACIO Y TIEMPO

sábado, 10 de noviembre de 2007

RELACIÓN ESPACIO- TIEMPO:
Antes de centrarnos en el espacio- tiempo en las escuelas, me gustaria que tuviesemos en cuenta otros aspectos relacionados con el espacio y el tiempo, como las dimensiones como nos hablan en el siguiente video. Nosotros como personas estamos ubicados en un determinado espacio y tiempo que nos ayuda a realizar actividades siguiendo las "coordenadas" que estos nos marcan. Para tener esto un poco mas claro a continuacion expongo un video:



En los centros escolares, el tiempo se divide en horas de reloj e incluso en bloques de 35 a 50 minutos, en los cuales se supone que un grupo de estudiantes se dedica al estudio de una asignatura. Por regla general, esto tiene lugar en un espacio característico-peculiar de trabajo que comparten un docente y un grupo de estudiantes. Pero ¿a qué obedece esta organización del tiempo y del espacio?


Autores como Giddens1 (1984), teniendo en cuenta la visión gerencialista de la educación, en la que todos y cada uno de los estudiantes y los docentes tienen que alcanzar unos objetivos determinados de antemano, iguales para todos, y que serán medidos (Ricci, 2000), consideran que esta organización del tiempo escolar obedece a la necesidad de control desde la administración educativa, -el control desde la administración- sólo es posible desde lo que Hargreaves (1996) denomina una visión técnico-racional del tiempo. Es decir, la consideración del tiempo como un recurso finito y objetivo, en el sentido que significa lo mismo para cada persona o grupo y que puede gestionarse con el objeto de cumplir con unos fines educativos determinados.
Sim embargo este mismo autor establece una oposición a dicha organización que denomina tiempo fenomenológico, situada justo en el extremo opuesto. Desde esta visión, el tiempo es algo vivido por cada uno y tiene una duración interna que varía de persona a persona. Las variaciones subjetivas de nuestros sentidos del tiempo se basan en otros aspectos de nuestras vidas: nuestros proyectos, intereses y actividades y en los tipos de exigencias que nos plantean.



En relación a la organización del espacio escolar podemos decir que, en principio, contamos con aulas más o menos uniformes y despersonalizas y aulas especiales (de informática, laboratorio de ciencias, gimnasio, etc.).
Las primeras, que son las que se utilizan durante la mayor parte de la jornada escolar, se suelen caracterizar por contar con una serie de pupitres (silla y mesa) dispuestos en filas y mirando hacia una pizarra y una mesa (la del docente). Los supuestos mínimos de esta organización son que los estudiantes permanecerán sentados mirando-escuchando al docente y/o la pizarra. Es decir, tendrán una escasa libertad de movimiento y casi nulas posibilidades de experimentar a través de otros sentidos que no sean el oído y la vista.
un espacio único e igual para enseñar y aprender diferentes cosas, que permite hacer más o menos las mismas actividades, presupone no sólo que todos aprendemos de la misma manera, sino que todo se puede enseñar igual y a la vez que todos podemos enseñarlo y aprenderlo de la misma forma. Como resultado, en general todos hacemos lo mismo y en un mismo lugar. También implica que usamos idénticos recursos, los cuales tienen que adaptarse a esa organización espacial que es el aula regular. Aún cuando en este espacio es difícil interactuar con la realidad cotidiana de los chicos y las chicas así como con otros instrumentos de difícil acceso en un monoespacio de escasa polivalencia.
Trilla y Puig (2003) llaman a la configuración del espacio descrito el aula tradicional o el orden formal, distinguiéndolo de otras aulas posibles, desde los primeros lugares para la enseñanza preceptoral (gabinete, estudio, biblioteca, etc.) cuando aún la educación era para unos pocos, hasta el aula post-tradicionalel aula-caos o pre-tradicional, un entorno que acogía a un gran grupo de alumnado de distintas edades y un solo docente en un espacio común caótico, donde el principal reto consistía en encontrar fórmulas para hacer viable la enseñanza a muchos discípulos por un solo preceptor.

Foucault (1978) llama a esta aula tradicional la máquina de enseñar y disciplinar, un artilugio para formar individuos dóciles y útiles. La clase se divide en tantas parcelas como escolares ha de contener, y así se impide el movimiento y la circulación incontrolada de niños, niñas o adolescentes. El docente puede, a golpe de vista, controlar todo el entorno, incluidas las ausencias, porque cada sujeto ocupa un sitio.

Además se trata de un espacio funcional para la transmisión vertical colectiva (de uno a muchos), uniforme (igual para todos) y de trabajo individual, ya que las interacciones horizontales están más bien prohibidas o al menos dificultadas por la propia distribución (Trilla y Puig ,2003).
A esta aula tradicional podemos contraponer lo que hemos mencionado como el aula post-tradicional o el orden complejo. Se trata de un espacio variable y multifuncional, donde el alumnado tiene libertad de movimiento y hace muchas otras cosas. Además de escuchar, se llevan a cabo experimentos y se manipulan objetos, es un laboratorio y a la vez un taller, se trabaja en grupo, se dispone de muchas más fuentes de información que los libros.

Las frases que estan en color verde, son frases que personalmente me han llamado bastante la atencion, porque esa idea de enseñar magistralmente, o formar a individuos que no tengan una vision critica debe desaparecer y somos nosotros, los alumnos, los profesores, los padres... todos en genreal los que debemos darnos cuenta de las posibilidades de la educacion, desde una mirada abierta y mas flexible, donde el objetivo primordial sea que exista una educacion de calidad con un proceso de enseñanza- aprendizaje significativo y constructivo con tintes de participacion activa por parte del alumno.